domingo, 21 de septiembre de 2008

salva-vidas

El Gato Violeta se había ido de parranda por todo Agosto( ya saben, sexo y otras cosas). Isobel se había quedado tan sola que incluso abandonó su silla vintage, no podía pensar.

Es decir, siempre pensaba pero no le importaba. Actos y horrores que brotaban de los poros de sus manos habían sumergido a Isobel en una laguna del tamaño suficiente para que un elefante pudiera bañarse cómodamente. Medio ahogada la había encontrado el Gato Violeta, a su pesar tuvo que hacerle respiración boca a boca(asco!).

Con hipotermia pasó dos días, violetas-violetas eran su labios, tan parecidos al Gato. Se recuperó con increíble rápidez.
Pero todavía sus oídos están tapados, por más que salte en un pie con la cabeza inclinada, no se destapan.

( Y lo peor de todo es que no confiesa aún que le encantó estar ahogada)